Localización
Nombre del manantial/fuente:
Pozo de la CASILLA DEL PEÓN CAMINERO
Pedanía, aldea, paraje o pago:
En linde con el cerro de La Adelfa de La Puebla de los Infantes y cerro de la Mina / Las Callejuelas de Constantina
Municipio:
Puebla de los Infantes, La
Provincia:
Sevilla
Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 279527,431 Y: 4188101,522 Huso: 30
Altitud: 317 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir
Nombre de la subcuenca:
Guadalquivir del Retortillo al Huesna
Nombre del río/arroyo que origina (si procede):
Nombre de la masa de agua subterránea (si procede):
Sin clasificar
Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía
Procedencia del agua subterránea
Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua subterranea:
Sierra Morena
Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua subterranea:
Rocas carbonatadas
Rocas detríticas
Tipo de surgencia
Descripción
La zona de estudio que incluye pozo y antigua casilla de peones camineros, se encuentra junto a la carretera en el límite de los términos municipales de La Puebla de los Infantes y Constantina, encontrándose dentro del término de La Puebla. El pozo se localiza en el P.K.14+400 m de la margen izquierda de la carretera local SE-7103, siguiendo el trayecto desde La Puebla hacia Constantina, hallándose a unos 40 m de la casilla (hoy día abandonada y en ruinas) y a unos 16 m de la carretera, la misma que el mapa del IGN denomina “Cañada Real del Pedroso a Hornachuelos”, y que comunica los pueblos de Constantina y Puebla de los Infantes a lo largo de 25 km.
Aquí, son evidentes las connotaciones histórico-sociológicas del topónimo designado, puesto que antiguamente el pozo abastecía la vivienda aledaña del peón caminero que vivía en este lugar con su familia.
El peón caminero era el obrero encargado de la conservación y vigilancia de caminos públicos, al que se le asignaba un “trozo” de carretera junto a otras funciones. A medida que fue desapareciendo gradualmente el antiguo sistema de conservación de carreteras por tramos y se iban produciendo avances en los medios de transporte, estas casillas fueron demolidas cuando no dejadas a merced del tiempo.
Instalaciones asociadas
Ninguna
Caudal medio
Caudal:
Muy bajo (0-1 l/s)
¿Se agota?:
Practicamente siempre agotado
Uso del agua
Sin uso
Acceso y uso público actual
Acceso: Sin dificultad
Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Inexistentes. Junto al pozo, existe un montículo de piedras con base definida que podría tratarse de algún tipo de construcción asociada al pozo (lavadero, pileta…)
Estado de conservación
Aceptable
Amenazas, impactos y presiones
Otros: Abandono y suciedad.
Descripción hidrogeológica
La zona geológica más próxima al pozo que tratamos se caracteriza por el yacimiento silúrico del Cerrón del Hornillo. Este cerro está situado a 1 Km al E. de la casa de peones camineros, a medio camino sobre la carretera de Constantina á Puebla de los Infantes. Corresponde a un sinclinal pinzado que está limitado al S. por las crestas de Lozana y al N. por la barra caliza (Cámbrico Inferior) de Sancha. El sinclinal del valle y el cerrón del Hornillo se produce en la parte Norte de la provincia de Sevilla, dentro de la parte SE de la llamada Zafra-Alanís y en la zona Ossa-Morena. Estas dos pequeñas sinclinales están rodeadas de extensos cultivos de rocas cámbricas. En el sinclinal del cerrón del Hornillo, la existencia de una piedra de lino con scyphocrinus (género extinto de crinoides) y lutitas negras fosilíferas fueron brevemente mencionadas por Fabries (1963) y Capdevilla et al.,1971 (Extracto de ‘Proceeding of the Sixth International Graptolite Conference of the GWG’, p.291).
Descripción arquitectónica
- POZO: Típica arquitectura funcional. El brocal es de ladrillo y el entibado está construido con argamasa y piedras extraídas del entorno. La profundidad no alcanza los 5 m y su interior se encuentra en buen estado de conservación. Adosado al mismo tiene un único muro frontal hecho de ladrillos cuya función debió servir como soporte para la colocación de la polea. El muro tiene de ancho 44 cm y supera los 2 m de altura. El aspecto exterior nos advierte de sus excelentes medidas de protección, instaladas por los operarios de carreteras. Su perímetro está cercado y el brocal lo protege una señal de tráfico de la Diputación de Sevilla, cuyos extremos están afanosamente sujetos con alambres.
- CASILLA DEL PEÓN CAMINERO: Construida con piedra y mampostería, la fachada supera los 13 m de longitud con una anchura de algo más de 10 m y unos 5 m de alto. La puerta y las dos ventanas están rematadas en arcos de ladrillo. Toda la vivienda está desprovista de tejado. El acceso al interior es difícil debido a los abundantes zarzales, higuerones y maleza que pueblan su interior (la zona inspeccionada la tuvimos que limpiar). El interior está compuesto de una sola planta acondicionada en dos partes. La parte principal estaba destinada a zona de descanso, mientras que a la derecha se encontraba el comedor-cocina con chimenea central, todo ello delimitado por un tabique que hoy ya no existe pero cuyan marcas en la pared todavía son visibles. El muro que delimita ambos espacios tiene puerta y ventana que dan al patio interior de la parte trasera. El patio, de algo más de 6 m de largo x más de 5 de ancho, tiene en la parte baja de la pared un orificio de desagüe, que vertía las aguas a las afueras de la vivienda. En el otro extremo del patio se encontraba la cuadra (conserva las ruinas de un pequeño pesebre), provista de puerta y ventanuco, y a la derecha una estancia algo más grande que posiblemente sirviera para escusado y almacén.
Antecedentes históricos
La vía pecuaria Cañada Real del Pedroso a Hornachuelos era antiguamente zona de asiduo tránsito. En el siglo XVI, se alude al “camino de Córdoba” en el término de Constantina, donde dicen “Las Callejuelas”, que, con motivo del registro minero de la corona de Castilla (1832), se hablaba de una mina junto a una fuente que había en el mismo camino. Desde el valle del Guadalquivir, cruzando los adentros de Sierra Morena hasta la meseta de Extremadura, se extiende un abrupto territorio de pequeñas elevaciones montañosas, cursos naturales de agua (arroyo del Tamujoso, arroyo del Azor...), yacimientos mineros y afloramientos rocosos como los cercanos riscos del Torilejo y los de La Adelfa (éstos últimos más orientados hacia el interior), que eran enclaves idóneos para la vigilancia territorial frecuentemente asociados a salteadores de caminos.
Por este paraje legendario ligado a bandidos como Antonio de la Reyna (natural de Puebla de los Infantes), el sevillano Pedro Becerra (al parecer ambos relacionados con la partida de los “Niños de Écija”) o el ignoto El Jabato, se une a la Cañada Real anteriormente nombrada la “Cañada Real del Puerco” (a su paso por La Umbría del Huertezuelo / Las Callejuelas de La Puebla de los Infantes) y que a partir del arroyo del Quejigo se hace el “cordel de Hornachuelos” hacia la Dehesilla. Pero también hubo caminos de herradura y otras vías como la desaparecida “vereda de los Contrabandistas”, según deslindes municipales del XIX (1881), y que estaría en parte entre “El Hornillo” de Constantina y el “cerro de Sancha” de La Puebla de los Infantes, siendo más que evidente el antropónimo referido, que alude a las personas se dedicaban a la defraudación de la renta de las aduanas. No deja de ser singular que la presencia de riscos por estos lares esté tan vinculada al bandolerismo y al estraperlo. De hecho, en La Puebla de los Infantes podemos hablar de tres riscos propiamente dichos: aparte de los ya mencionados, el tercero lo encontramos en el paraje “Los Riscales”, al NE de la población, próximo a un olivar centenario curiosamente conocido como “olivar de la Contrabandista”.
Las primeras casillas de peones camineros se construyen en el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III. La vivienda que nos ocupa posiblemente sea de fines del XIX ó principios del XX. Lo más probable es que la última familia de peón caminero se mantuviera en ella hasta la década de los 60-70 del pasado siglo. El emplazamiento de la casilla junto a la carretera evitaba los costes por desplazamiento y facilitaba la atención del tramo asignado, que solía ser de una legua.
El agua del pozo se usaba fundamentalmente para consumo doméstico, regadío de huerto, arbolado, etc., y junto a la vivienda había un horno, según testimonios orales. El accidentado camino era destruido por circunstancias atmosféricas (riadas, avenidas de agua…) y desgastado por el tránsito de ganado, animales de carga y viajeros (comerciantes, arrieros, “viajeros románticos”, nobles, funcionarios, militares…). La función del peón caminero era el buen mantenimiento de la carretera y la vigilancia de caminos vecinales. Precisamente sobre esto último, en el siglo XIX, contaba el Gobernador Civil de la provincia de Córdoba, D. Julián Zugasti (1836-1915), que en su persecución incansable contra el bandolerismo, a los peones camineros les tenía medidas reservadas, pues a ellos les dio orden para que le transmitiesen “cuantas observaciones y noticias pudiesen adquirir relacionadas con robos ó criminales”. Con ello, el uniformado peón caminero obraba como “fuerza de orden público”, y en este paraje de Sierra Morena en particular, debióse procurar más alerta.
Aspectos culturales y etnográficos
El trabajo de peón caminero era duro y también peligroso debido al tránsito de gentes de toda ralea que merodeaban por estos contornos. Incluso atendiendo a su reglamento: “Los peones camineros deben dar ayuda y asistencia gratuita a los viajeros en el caso de que les ocurra alguna desgracia”, existía la creencia de que esto no siempre fue así: de que esta casilla pudo haber servido como ”venta” clandestina. Se cuenta, además, la salvedad del peón caminero que asaltaba a los viandantes para desvalijarlos, marchando por el mal camino y ocultándose en la Sierra, o aquel otro que resultaba gravemente malherido tras ser extorsionado por bandidos. Quien sabe. De todo hay en la viña del Señor. Sin embargo, lo más probable es que esta casilla se construyera durante la época del bandolerismo tardío, y que la actitud vigilante del peón caminero atendiese más a la protección que le confería su servicio a las autoridades de la época, que al poco probable ejercicio de “venta” ocasional y otras historias que los “antiguos” le atribuían. Ya se sabe, entre La Puebla de los Infantes y Constantina cabe aquello de...“Y así, con el perfume popular de una narración más sujeta a la fantasía que a los hechos, la Leyenda, una vez más, vence a la Historia.”
Valores sectoriales
Científico/Didáctico: Bajo
Minero/Medicinal: Bajo
Paisajístico/Pintoresco: Medio
Otros:
Medio-ambiental: Bajo
Recreativo/Turístico/Uso Público: Bajo
Histórico/socio-cultural: Bajo
Arquitectónico: Bajo
Económico: Bajo
Arraigo/Aprecio popular: Bajo
Valoración general
Media
Nombre del autor/es y fecha de la ficha
A. Márquez Pascual
08-01-2020
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