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Manantiales y Fuentes de Andalucía

Manantial de la HUERTA DEL CURA

Localización

Nombre del manantial/fuente:
Manantial de la HUERTA DEL CURA

Otros nombres conocidos:
Fuente del Cura

Pedanía, aldea, paraje o pago:
El Turruñuelo (Huerta del Cura)

Municipio:
Peñaflor

Provincia:
Sevilla

Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 295631,951    Y: 4181596,502    Huso: 30
Altitud: 150 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir

Nombre de la subcuenca:
Guadalquivir del Retortillo al Huesna

Nombre del río/arroyo que origina (si procede):

Nombre de la masa de agua subterránea (si procede):
Gerena-Posadas (05.49)

Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía

Procedencia del agua subterránea

Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua subterranea:
Estribaciones de Sierra Morena

Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua subterranea:
Rocas carbonatadas
Otras rocas:

Tipo de surgencia

Manantial

Descripción

Este manantial, relacionado con la fuente del Cura, brinda su verdadero movimiento con bellas formas esculpidas en el suelo de su cavidad. Situado a unos 6 km al Noreste del municipio de Peñaflor y en lugar equidistante con respecto a La Puebla de los Infantes, se halla en un espacio natural al que se accede tomando el carril que nos sale a la izquierda de la carretera SE-7105, saliendo de La Puebla a Peñaflor entre los P.K. 6 y 7.
Apenas realizado el kilómetro de trayecto por este camino o carril público (en mal estado) que nos adentra hacia la subdivisión territorial “El Turruñuelo”, accedemos a él mediante una cancela situada en la margen derecha del camino. El recorrido a pie entre monte mediterráneo y la vertiente Este del río Retortillo hacia su desembocadura en el embalse de Derivación nos adentra en la zona conocida como “Huerta del Cura”, no más distante del medio kilómetro. Finalmente, la presencia de una alberca en el rellano de un cerro junto a una antigua vivienda nos indica que ya hemos llegado al emplazamiento soterrado del manantial. Un poco más adelante se encuentran las ruinas del antiguo convento franciscano de San Luís del Monte, fundado el año del descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón. El entorno, en sí mismo, atesora deleite místico y religioso. Una delicia. Tanto como la belleza de las flores, en el traqueteo fragoroso de la Naturaleza.

Instalaciones asociadas

Fuente rural

Caudal medio

Caudal: Muy bajo (0-1 l/s)   ¿Se agota?: No sabe, no contesta

Uso del agua

Rural y ganadero.
Otro: Fauna silvestre

Acceso y uso público actual

Acceso: Complicado Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Satisfactorias. El acceso es complicado. El manantial se encuentra en condiciones soterradas, recóndito para quienes pasen por allí. Con todo, la mano del hombre le ha quitado parte de su salvaje grandeza.

Estado de conservación

Aceptable

Amenazas, impactos y presiones

Usos inadecuados: Uso inadecuado debido a la construcción de una alberca

Descripción hidrogeológica

El río Guadalquivir en su curso de Este a Oeste atraviesa el término de Peñaflor y lo divide del t.m. de Palma del Río. La subcuenca del Retortillo sirve de límite por el lado Este de las provincias cordobesas de Hornachuelos y Palma del Río.
A sendas orillas del Retortillo, afluente septentrional del Guadalquivir, predominan los abrigos rocosos en macizos calizos. Desde el punto de vista geológico, y a “pesar de que los materiales bajo los que se encuentra el manantial son arenas y calcarenitas permeables (las mismas que definen las masas de Agua 5.40.xx denominadas históricamente hasta 2014, Acuífero Niebla-Posadas), la surgencia tiene una componente estructural adicional. Es decir, una fractura por debajo de Niebla-Posadas, que estaría poniendo en contacto mármoles cámbricos situados más al Oeste, con el mismo manantial” (Información facilitada por el geólogo Enrique Olivas Méndez).
Además de las calcarenitas afloran calizas de algas biorruditas y, en la base, arenas y/o conglomerados (MAGNA50, IGME). El dominio morfo-estructural de la Sierra, uno de los tres dominios en los que se divide el término municipal de Peñaflor, está integrado por materiales de edad Proterozoico-Cámbrico que afloran fundamentalmente en la zona Norte y al Noreste de la localidad. El acuífero por Sierra Morena se halla compuesto por calizas marmóreas de la Formación Detrítico Carbonatada.
Por otra parte, los relieves constituidos por formaciones de esta naturaleza, espeleotemas de origen sub-aéreo y otros precipitados de calcita originan formaciones que llevan a considerarla por quien esto escribe como la “pequeña gruta de las maravillas Peñaflorense”.

Descripción arquitectónica

La entrada del agua a la alberca se produce a través del caño situado en el mismo lado de la arqueta distribuidora, que es la que almacena el caudal del manantial (42 cm de nivel del agua en el momento del estudio). La alberca, posiblemente construida a finales de los 70 del pasado siglo, oculta el paradero del manantial y presenta unas dimensiones de unos 8 m de largo, inferior a 5 m de ancho y 1,30 m de profundidad. El interior de la arqueta, de 80 cm x 70 cm x 90 cm, incluye llave de paso y un caño lateral en desuso que probablemente procedía del antiguo sistema de distribución del agua que mantenía con la fuente cercana, la Fuente del Cura. En la actualidad la surgencia de esta fuente apenas tiene caudal, tan solo se aprecía un rezume estancado en su interior que se filtra hacia el exterior.
Al espacio subterráneo de unos 5 m de longitud x menos de 2 m de anchura que conduce hasta el manantial, se accede a través de un orifico lateral al NE de la alberca. El techo, de poca altura, está construido a base de vigas y bloques de hormigón. Al fondo se sitúa la surgencia, flanqueada por una hilada de ladrillos perforados al canto y en el centro un caño corto de plomo ú otro material similar que permite la salida del agua por su propio pie mediante el desnivel del suelo. Los laterales presentan pegotes de cemento. El curso natural de la surgencia se comunica con el agua saliente de la alberca a través de un pequeño orificio situado casi a ras de suelo, penetrando en la zona de acceso del manantial. Así, el caudal que entra a la alberca confluye con el rezume y desciende a través de otro caño situado en dirección a la pileta de desagüe, realizando antes un recorrido subterráneo de unos 5 metros. La obra que protege el caño para desagüe, de 70 cm x 70 cm x 50 cm, se comunica a su vez con otra goma de riego de unos 12 m de largo que llega hasta un pequeño bidón de plástico cortado por la mitad, de donde sale un derrame de agua bastante caudaloso. Finalmente el rebose vierte sus aguas hacia el río Retortillo, originando a su paso un pequeño humedal.

Antecedentes históricos

Las referencias históricas conciernen al entorno del manantial. En sus cercanías, desde la Edad del Bronce hasta la cultura turdetana, la ocupación del territorio “El Turruñuelo-La Cerquilla” durante el periodo Orientalizante (siglos VII y VI a.C.) constituye un asentamiento de mayor entidad a través de un oppidum de unas 6 ha fortificadas en zona elevada y que viene a ser muralla reforzada con bastiones y estructura defensiva para el poblado, todo ello dentro de un espacio estratégico y prodigioso tanto por su riqueza hidrológica como mineral, etc. Será posteriormente tras la ocupación romana, cuando este importante asentamiento humano desaparece.
La riqueza natural compartida entre ambas orillas, junto a la ribera, se aprecia con los grandes macizos formados por abrigos rocosos o cuevas posiblemente habitadas desde la Prehistoria y con algunas evidencias de vida eremítica ya documentadas en el siglo XVI. Precisamente en la “orilla Turruñuela”(definición que la diferencia de la orilla palmeña) descubrimos lo que parece ser una especie de hornacina excavada sobre la roca de uno de los abrigos orientados a la salida del sol, hallazgo cuestionado y pendiente de estudio debido a la altura a la que ésta se encuentra.
Un siglo antes, a fines del XV, la epidemia de enfermedades mortíferas como la peste constituye un azote devastador para las gentes de los pueblos de la Vega del Guadalquivir y de la Sierra que, desesperados, huyen en busca de refugio en extramuros. Entre los contagiados por la peste se encuentra don Luís, el hijo de los Señores de Palma don Luis Portocarrero y doña Francisca Manrique, quienes encomiendan su salud al monje franciscano Fray Juan de la Puebla (1453-1495). Viendo que su salud le fue recobrada, al fraile se le otorga la concesión de la fundación del convento de San Luís del Monte, situado en la “Huerta de San Luís” (del mismo nombre), a orillas del Retortillo y del que sólo quedan en pie dos paredes ruinosas y restos del edificio esparcidos por los alrededores. La actividad y vida religiosa-espiritual acontecida en este lugar y sus contornos poseedora además de otro caudaloso manantial y alberca, se mantiene hasta el siglo XVIII.

En lo concerniente a la toponimia aquí atribuida al manantial (si bien no tiene nombre conocido), la “Huerta del Cura” designa la huerta circundante, en hábil correspondencia con la cercana “fuente del Cura” tal como es conocida por los autóctonos. Aquí cabe plantear diversas hipótesis, como que antiguamente esta superficie era terreno integrado en la zona aledaña de la “Huerta de San Luís” siendo toda ella, por extensión, una misma huerta. Lo más probable es que el origen del topónimo se debiera a cambios originados por su condición de terreno desamortizado, procurando así que no quedara desligado de la historia del convento franciscano erigido en sus inmediaciones. Por otra parte, el vocablo “Cura” no sólo alude a persona, a quien administra culto e intermedia entre los fieles y Dios, pues también podría designar la recuperación de la salud; es decir, la huerta del Cura ó de la cura, en sentido de doble connotación y atendiendo a su entorno glorioso en manantiales, aire puro y refugio para enfermos retirados a este lugar de todos modos inclemente ante la miseria, la falta de higiene y las enfermedades.

Aspectos culturales y etnográficos

A partir del siglo XV, este espacio nos remite a objetivos humanísticos de antaño: la asistencia espiritual a los contagiados y el dar responso y sepultura a los difuntos. La vida paupérrima de la comunidad en el convento consistía en guardar silencio y distribuir el tiempo entre la oración, el trabajo en la huerta y la lectura espiritual y provechosa. La abstinencia en el comer era ordinaria: sólo pan, frutos del monte y hortalizas. Pero también hubo otros anteriormente, como los eremitas o ermitaños, que llevaron su religión más allá de intramuros en grutas acomodadas al retiro y la vida penitente…

Durante el siglo XX, quienes trabajaron en este lugar y su entorno en la década de los 60 recuerdan la huerta de frutales y el huerto de hortalizas con grandes bancales que embellecían el abrupto terreno. En aquella época, el agua del manantial y su fuente era aprovechada para abastecimiento humano y animal. En la actualidad todavía perdura el gozo de los naranjos, el laurel centenario al lado de la fuente, nísperos, limoneros, algarrobos (ya existentes en la época de los eremitas) o los muy apreciados espárragos amargueros. En cambio desaparecieron las alcaparras, referidas por Fray Andrés de Guadalupe en el Acta de Fundación del convento de San Luís del Monte.
En torno a la vivienda se sabe que “el último propietario de este terreno anterior al actual fue Manuel Benítez Pérez (El Cordobés), que se la adquirió al maestro de la Puebla de los Infantes, Antonio Santana Bravo. Éste último propietario la disfrutó pocos años, ya que “El Cordobés” adquirió la finca matriz aledaña para una ganadería de reses bravas, viéndose el anterior obligado a vendérselas por tan motivo” (Información facilitada por R. Velasco Riejos).

Otra información

Para más información: Emilio J. Navarro, “El Ermitaño del Retortillo”, artículo publicado el 2 de marzo de 2018 en el blog “dos-rios.blogspot.com”. La transcripción del ermitaño se refiere de esta manera: “En viernes 7 de julio de 1595 se rescibió un ermitaño de las quevas del Retortillo es muy viejo, llamase Pedro de los Grados Quadrado, es natural de Belalcaçar”.

Valores sectoriales

Científico/Didáctico: -
Minero/Medicinal: -
Paisajístico/Pintoresco: Alto
Otros:
Medio-ambiental: Alto
Recreativo/Turístico/Uso Público: Bajo
Histórico/socio-cultural: Alto
Arquitectónico: Bajo
Económico: -
Arraigo/Aprecio popular: Medio

Valoración general

Media

Nombre del autor/es y fecha de la ficha

A. Márquez Pascual
09-04-2019

Advertencia

Esta ficha tiene sólo carácter informativo y preliminar.

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Documentación

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