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Manantiales y Fuentes de Andalucía

Fuente del PIOJO

Localización

Nombre del manantial/fuente:
Fuente del PIOJO

Otros nombres conocidos:
Fuente del Piojillo, Nacimiento del Batán

Pedanía, aldea, paraje o pago:
Monte del Calvario

Municipio:
Alcalá de Guadaíra

Provincia:
Sevilla

Coordenadas UTM (ETRS89):
X: 247458,112    Y: 4135412,103   Huso: 30
Altitud: 27 m
Nombre de la cuenca:
Guadalquivir

Nombre de la subcuenca:
Guadaira

Nombre del río/arroyo que origina (si procede):

Nombre de la masa de agua subterránea (si procede):
Sevilla-Carmona (05.47)

Nombre del Espacio Natural Protegido (si procede):
No se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía

Procedencia del agua subterránea

Nombre del lugar o sierra de donde se supone procede el agua subterranea:
Cerro de Oromana (presumiblemente, pudiera ser un ramal de la Mina de Oromana)

Naturaleza de las rocas por donde se supone circula el agua subterranea:
Rocas carbonatadas
Rocas detríticas
Otras rocas: Areniscas, conglomerados, arcillas; calizas, calcarenitas y evaporitas

Tipo de surgencia

Galería, cimbra, zanja o mina de agua

Descripción

La añorada Fuente del Piojo es una fuente muy antigua, ya desaparecida, y que se encontraba en la base del Monte o Cerro del Calvario, afamado cerrete alcalareño culminado por la Ermita de San Roque donde, cada Semana Santa suben en “La Madrugá” las cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima del Socorro y San Juan Evangelista.

La fuente desapareció entre los años 1970 y 1971 cuando se ensanchó la calle para convertirla en carretera y darle salida al tráfico rodado en dirección Utrera, dejando la empinada cuesta que se cogía para ir a esa población como una sencilla calle urbana (actualmente la Avda. de Utrera).

La procedencia del agua de la extinta fuente no está muy clara, pero varias personas aseguran, porque así lo vieron, que el agua le llegaba a la fuente mediante una galería que discurría rodeando el monte del Calvario y que mostraba el agua correr por algunos agujeros entre el empedrado. Se presupone que el agua llegaba desde el cerro de Oromana, en paralelo a la Avda. de Portugal, quién sabe incluso si vendría desde la propia Mina de Oromana (ver ficha), de algunos de sus ramales. También aparece descrita como “fuente de aguas mineromedicinales de acuerdo con las tradiciones locales”.

Hoy estaría prácticamente entre los aparcamientos de la carretera y la calzada con dirección Alcalá, desde Utrera, frente a una tienda de pan y variados (conocido popularmente como “Desavío”), algo más arriba de la entrada al parque de Oromana por el Molino de La Tapada.

Instalaciones asociadas

Otras: Alberca para riego y baños, actualmente desaparecida, así como un molino de cubo que aún se conserva (Molino de La Tapada)

Caudal medio

Caudal: Bajo (1-10 l/s)   ¿Se agota?: Practicamente siempre agotado

Uso del agua

Otro: Hoy sin uso por haber desaparecido la fuente, antaño para riego y esparcimiento, así como para abastecer de agua al cercano Molino de La Tapada.

Acceso y uso público actual

Acceso: Sin dificultad Uso público actual: Bajo
Valoración de las instalaciones y facilidad de uso:
Inexistentes. En la actualidad tanto la fuente como la alberca están desaparecidas. La famosa Alberca de Romualdo contaba con unas dimensiones, aproximadas, de unos 10x7 metros de lado, con aspecto rectangular. Con una profundidad de un metro y medio de altura, aproximadamente, era capaz de almacenar casi unos 100.000 litros de agua. Hoy estaría situada justo en el inicio de la entrada hacia el Molino de La Tapada. Sobre el Molino de La Tapada, sus restos aún se mantienen en pie. Se restauró, no hace muchos años (2.007-2.008) para dejarlo con el aspecto que vemos hoy. El agua de la fuente llegaba al Molino por una atarjea que discurría por la parte interior del muro de la Huerta de Romualdo, nombre con que se conocía también la alberca. Una parte del agua llenaba la alberca, la otra seguía por la atarjea hasta el Molino, haciendo un codo de unos 90º para, tras sobre elevarse sobre una arquería, caer a plomo por los dos cubos. Para más información sobre el Molino de La Tapada, consultar la correspondiente Ficha en “Otros puntos de interés”.

Estado de conservación

Deficiente

Amenazas, impactos y presiones

Otros: Construcciones, obras públicas y/0 desmontes próximos tanto que tras la ampliación de la calle, actual avenida de Portugal, la fuente fue erradicada de los mapas y de la historia de Alcalá.

Descripción hidrogeológica

Para entender la hidrogeología de la zona, lo mejor es consultar el informe del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), en relación a la masa de agua subterránea 051.047 Sevilla- Carmona.

http://info.igme.es/SidPDF/147000/994/147994_0000002.pdf

Descripción arquitectónica

Por desgracia, no parece existir ninguna fotografía que nos describa fielmente cómo era la Fuente del Piojo, pero sí que sigue viva en muchos de los recuerdos de los vecinos. Uno de ellos, pintor de profesión de fama en Alcalá, José Recacha, pintó a lápiz la fuente del Piojo para el libro de su amigo Francisco García Rivero “Alcalá en mi recuerdo” donde, en uno de sus pasajes, el autor describe la fuente, incluso con una ilustración propia. En ella, Recacha ilustra una fuente similar a la que hoy podemos ver en Fuente de La Judía (ver Ficha), un foso de varios metros de distancia al que se bajaba tras pasar unos escalones, y cuyas paredes laterales estaban protegidas por muros cementados. Bajo cada una de esas paredes, unos bancos de cemento y ladrillo permitían descansar a las personas mientras se refrescaban. Al fondo, se observaba una ventana de la galería por donde pasaba el agua, enrejada para evitar que personas pudieran meterse dentro, con unas dimensiones que, según Francisco García Rivero, rondaban los 60 cm de anchura y los 50 de altura. El agua de la galería pasaba de derecha a izquierda tras la ventana de rejas y parte salía a una pileta en el suelo puesto que la galería no daba más altura (galería y pileta estaban a la misma altura). Esta pileta tenía aspecto rectangular, reforzada con ladrillos de barro, ensanchada en su parte contraria a la galería. Cuando la galería iba más llena, debido quizás a las temporadas de lluvias, el agua de la pileta terminaba por desbordar e inundar parcialmente el foso. Lógicamente, al estar en el suelo, la única forma de poder beber de ella era agachándose y recogiendo el agua con las manos, a modo de cuenco, o habiéndose traído de casa un vaso o cazo para cogerla. La pileta no tenía salida para el agua ya que no era más que un ensanche de la galería. La gente para beber del agua metía las manos en la zona de la reja que era por donde corría, o bien llevaba preparado un vaso para llenar. No era raro que, a más de un niño, la fuerza del agua le llevara el vaso, tal y como recoge Francisco García Rivero en su libro. Otras veces, para beber la gente se ayudada de una caña introducida entre las rejas para recoger esa agua que corría y poder beber más cómodamente (aunque lo habitual era hacer un cuenco con las manos y beber así).

Cabe decir que la mayoría de los vecinos recuerdan la fuente tal y cómo la pintó José Recacha, pero alguno hay que no la recuerda de esa manera. Tampoco podemos obviar que se trata de una fuente con siglos de antigüedad y que no siempre pudo estar así. Quizás, en su forma más primigenia, no tuviera rejilla la galería, simplemente estuviera abierta y por ella discurriera el agua que luego iba para la alberca, no teniendo ni foso de entrada ni escalones ni muretes. Esto podría dar explicación a que, solo unos pocos vecinos, la recordaran sin escalones y sin bancadas, más agreste. También, parece ser que hubo algún tiempo que la fuente estuvo pintada de color rojizo o teja, del mismo estilo que lo estuvo el muro de la Huerta de Romualdo, en sintonía con el propio Molino de La Tapada que tuvo algunas decoraciones rojas. El tema del color de las paredes de la fuente también es controvertido, la mayoría de las personas realmente la recuerdan de color tierra, es decir, color albero como muchos de los muros antiguos de Alcalá, la ermita de San Roque o el propio Castillo. Quizás, todos ellos tengan razón en parte, tanto el muro de la Huerta de La Tapada o Romualdo (que también se dice que era de albero), como la propia fuente, pudieron ser pintados en un momento dado, y permanecer algunos años así (estamos hablando de una fuente y una huerta que desaparecieron hace casi 50 años, es lógico que los vecinos tengan vagos recuerdos de la fuente). De igual modo, no todo el mundo reconoce las dimensiones de la fuente que quedaron representadas en la ilustración de José Recacha, especialmente si lo comparamos con la persona que en ella se representa. Casi todo el mundo afirma que la fuente era más pequeña, y así parece verse en una de las escasísimas imágenes que pueden haber de ella, quizás un par de metros de fondo, y poco más de un metro de anchura entre los bancos. Es decir, que una persona de pie quedaría más alta que el frontispicio sobre el que asoma la galería o tendría la misma altura.

Antecedentes históricos

Las primeras noticias que parece se tienen de la “Fuente del Piojo” aparecen en la Comedia Burlesca escrita por Francisco Bernardo de Quirós (1.564-1.668); “El Cerco de Tagarete” a mediados del Siglo XVII. En ella, se relata la batalla entre los peces del Río Guadalquivir y los habitantes singulares del Arroyo Tagarete (anguilas, culebras, ranas…), afluente del Guadalquivir y que, por aquellos años, llegaba a éste junto a la Torre del Oro, así como lagunas cercanas con ayuda de más habitantes del Guadaira y sus huertas. En su tramo final, el capitán de los habitantes del Tagarete, Tesifonte Culebra, herido en la batalla, se despide de los lugares donde pasó su vida, y lo hace con éstas palabras:

“Adiós, Tagarete amigo, donde pasé yo mis años en picar a las lombrices de los que andaban pescando.

Adiós, Fuente del Piojo, donde todos los veranos se vienen a regalar monacillos del Sagrario; también de tus aguas beben los borrachos, que han pensado que la Fuente del Piojo debe de brotar duraznos.

Adiós, Tamarguillo amigo, adiós fuentes, ríos, prados, porque el alma envuelta en babas quiere salir a lo ancho.”

La ilustre Doctora en Filología Románica, Celsa Carmen García Valdés, en su trabajo de investigación sobre la obra, tenía la certeza de que la Fuente del Piojo que aparecía en la comedia se trataría de una fuente sevillana. Posteriormente confirmó que se trataba de la fuente que hoy tratamos en la presente ficha.

La obra tuvo dos ediciones, en 1.672 y 1.673. Por tanto, podemos dar por sentado que, ya en esas fechas, la Fuente del Piojo existía, aunque aún podría ser más antigua si tenemos en cuenta que El Molino de La Tapada, un molino trapero de dos cubos que se alimentaba con las aguas de esta fuente (“Nacimiento del Batán”), ya aparece documentado desde principios del siglo XV. Lógicamente, la fisionomía de la fuente, por aquellos años, distaría mucho de lo que los alcalareños recuerdan de la misma. El Padre Flores, en “Memorias Históricas de La Villa de Alcalá de Guadaira, desde Sus Primeros Pobladores Hasta La Conquista y Repartimiento Por San Fernando”, impresa en 1.833, describe la Huerta de La Tapada, y con ella la fuente, en éstos términos:

“La dicha de la Tapada se llamó también el Jardinillo de D. Perafán y huerta del Batan, á la que y al molino viene una buena cañería de agua, que estando antes descubierta y proveyendo un pilar grande en la parte exterior hacia el Batan para utilidad del público y ganados, se cubrió en nuestros días, y aun antes se habían tapado unas ventanas sobre el pilar que daban vista al Jardinillo, quitando algún tanto la amenidad y delicia de aquel paseo."

Posiblemente, en algún momento del siglo XX, a la fuente se le dotó de una entrada con escalones, con muretes de protección laterales y bancadas junto a ellos, y así se mantuvo hasta que fue erradicada entre los años 1.970 y 1.971, años en los que ensanchan la Avenida de Portugal, comiéndose inclusive parte de la base del Monte del Calvario, donde estuvo la fuente. Es de suponer que siglos atrás la fuente no fuera más que una galería de agua soterrada que pasaría a cielo abierto en ese lugar para discurrir por una atarjea hasta el molino de La Tapada. La alberca de Romualdo pudo ser del Siglo pasado, es probable que no estuviera en sus inicios, sino que, aprovechando la galería y la atarjea, desviaran parte del agua para la alberca. En los vuelos americanos, fechados en el 23 de Junio de 1.946, la famosa alberca de Romualdo era perfectamente visible. Tampoco puede descartarse que fuera del tiempo del molino, ya por aquellos siglos existían conflictos entre el molinero y los hortelanos por el reparto de las aguas.

La desaparición de la fuente fue un hito bastante lamentable. El tráfico hacia Utrera se realizaba por la actual Avda. de Utrera, una cuesta empinada que se tomaba tan pronto se cruzaba el Guadaira por el puente. Se pensó que era más sencillo ir por la parte inferior, por la Avenida de Portugal (camino natural para acceder al paraje de Oromana) y, rodeando el cerrillo por donde se ascendía en la avenida de Utrera, tomar la calle Poeta Fernando de Los Ríos en lugar de seguir hacia Oromana. Para ello, se tuvo que ensanchar el asfalto pues era una calle estrecha, y se tuvo que eliminar parte de la base del monte del Calvario y, con ello toda la parte de la fuente. Bien podrían haberla desplazado pues, a fin de cuentas, no dejaba de ser una galería que traía el agua hasta ella, solo bastaba reconducirla a un nuevo lugar, pero no hubo voluntad de hacerlo (ni de mantener la galería, de la que tampoco ha quedado rastro). El escritor Alcalareño Francisco García Rivero, en el apartado que destina a la fuente del Piojo, indica que la fuente fue eliminada por haberse contaminado el agua como pasó con la del Concejo. En cierta forma, los vecinos que hoy viven frente a la fuente, con casas que contaban con pozos propios por aquellos años, afirman que sus pozos se contaminaron, presumiblemente por la fábrica de ATECO en los procesos industriales de la limpieza de la aceituna en la que las aguas de los pozos se tornaron rojizas obligando a los vecinos a tener que meter agua de la red urbana en las casas. Lamentablemente, no se puede datar el momento de este hecho por lo que no se podría cotejar con la contaminación de la fuente, cuya galería distaba apenas 10 metros de las casas (frente a ellas). La fábrica de ATECO es bastante anterior a la desaparición de la fuente por lo que no parece haber sido éste el motivo para quitarla, la gente estuvo bebiendo de su agua hasta que se quitó, y todos ellos argumentan que la quitaron cuando hicieron las obras en la calzada. Hoy no sabemos qué fue de la galería, lógicamente se quitó al igual que la fuente y por el mismo motivo pero….¿y el agua que bajaba por ella?. Posiblemente nunca más se sepa.

Aspectos culturales y etnográficos

La fuente estaba situada justo en el camino que subía a Oromana, todo aquel que fuera dando un paseo se paraba a beber de sus frescas aguas. En Semana Santa, en la ascensión al Calvario por la fatigosa cuesta, los pasos se paraban en varios de los hitos o estaciones de penitencia, alguno de ellos a escasos metros de la fuente, momento en que los saeteros cantaban sus saetas al Cristo y a la Virgen, junto a la fuente. También es conocida la vida del llamado “Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados número 113”, un grupo de 300 presos del franquismo que vivían hacinados en tiendas de campaña en los Pinares de Oromana (junto a lo que hoy es el Club de Tenis Oromana), en condiciones infrahumanas y que, para tener agua para beber y otros menesteres, bajaban a la Fuente del Piojo con una cisterna que tiraban ellos mismos, pues carecían de mulos, para poderla llenar de agua de la fuente y volverla a subir al campamento.

Pero, sin duda, dos han sido los aspectos etnográficos que, necesariamente, se debe destacar del agua de la fuente;

Por un lado, gracias al agua de la Fuente del Piojo se podía llenar la Alberca de Romualdo. Al no haber en aquellos años de mediados de siglo XX piscinas públicas en Alcalá, la Alberca de Romualdo, y otras tantas albercas, hacían las delicias de los alcalareños cuando, en los veranos tórridos, iban a la alberca a refrescarse. El propietario, que no era tonto, enseguida vio que esto podría aportarle algún beneficio y, por ello, empezó a cobrar una entrada de 3 “Chicas” (3 monedas de 5 céntimos de peseta) y, si te quedabas hasta las 6 de la tarde, que era cuando Romualdo cerraba el baño para usar el agua para riegos, entonces te cobraba 1 Real (25 céntimos de peseta). Los más valientes utilizaban el cercano muro de la Huerta como trampolín, para lanzarse.

Por otro lado, con el agua de la Fuente del Piojo, se movían las piedras del Molino de La Tapada, cuya historia se remonta hasta, por lo menos, principios del SXV y cuya ficha puede leerse en “Otros puntos de Interés”.

Hoy son muchos alcalareños los que echan en falta la fuente a través del grupo de Facebook “Fotos Antiguas de Alcalá” y, nada mejor que ellos para ponerla en valor, con sus propias palabras, para que no se pierda en el recuerdo:

Manuel Navarrete León:
“El agua de la Fuente del Piojo, le entraba a la Alberca, las 24 horas del día, por una obra de ladrillo que al llegar a la esquina se dividía en dos, y mediante un ladrillo que servía de tapón, la desviaban donde hiciera falta en la huerta”.

Jesús Orozco:
“De pequeño he bebido en ella. Tenía unos peldaños de bajada y brotaba del suelo, tenía las paredes pintada en rojo. Donde manaba tenía una reja”.

Amalia Otero Bernal:
“La Alberca se llenaba de la fuente del piojo. Ese agua manaba de San Roque, que tiene galerías que venían desde el parque y, justo en la puerta que se ve de la huerta (en referencia a una de las fotos de la huerta), es donde hoy día está la rotonda del puente. Nunca me bañé en esa alberca, pero sí me gustaba sentarme en el filo y meter los pies, y los pies me dolían del agua tan fría que estaba, ¡cuántos recuerdos!. Recuerdo que desde el muro de la huerta estaba prohibido tirarse, era peligroso, estaba un poco retirado. El rebosadero de la alberca llegaba al molino, aún está el acueducto junto a él. Ahí se bañaban y entraba todo el que quería, hasta una temporada que el dueño quiso sacar dinero y lo puso de pago. Recuerdo ver la alberca siempre llena de piedras y sin cuidados, menos la temporada que la arreglaron y pusieron de pago. Sobre la fuente del Piojo, la pila estaba desgastada, rotos los ladrillos, y el agua que salía tras la reja era poca y llegaba con tierra, el caudal de dentro era del que se bebía”.

Rafael García Garrido:
“Yo sí me bañé muchos veranos en la alberca de esa huerta. Recuerdo que Romualdo cobraba al entrar 3 chicas, después subió el baño a un real. Recuerdo a muchos de mi edad, vecinos que, ya desgraciadamente, estarán disfrutando de los baños del más allá. Era más seguro que bañarse en el rio. Después llegó la modernidad de la Piscina Oromana (todo un lujo)”.

Purificación Cerquera López:
“Recuerdo está pared de color rosa y la fuente del piojo del mismo color”.

Antonio Alcalá:
“Yo recuerdo haber estado en esa fuente (del Piojo) de pequeño, tenía dos bancos de ladrillo en sus lados y en la fuente tenía una especie de reja”.

Eduardo García Gandul:
“Era un manantial redondo, como una palangana. Mi padre cantaba todos los años una saeta en Semana Santa a Jesús, cuando paraban el paso en la misma fuente”.

Manuel Sánchez Rivera:
“Antes de que los Pasos llegarán a la primera cuesta, que era muy empinada, estaba la Fuente. El agua corría, era como un sueño del Viernes Santo”.

Mª del Carmen Sánchez:
“A mi marido le dicen en el barrio “Castillito”, y cuando era niño vendía higos chumbos, cogía el agua de la fuente para enjuagarlos”.

Ángel García Vela:
“Yo puedo hablar hasta el año 62. Cuando iba a trabajar a Maestre, bebíamos cada día en la fuente el Piojo. Pasando por El Albatán, dirección al puente, estaba a la derecha. Alguien le ponía una caña gorda para poder beber con más facilidad. A unos 30 metros estaba la alberca de Romualdo, pero estaba protegida por un muro de obra que la separaba de la carretera. Nos bañábamos y nunca vino nadie a cobrar nada. Esto era una huerta y la alberca se alimentaba del agua de la fuente y otra vena de agua que salía, posiblemente del mismo lugar que el agua del Piojo, pero esta vena tenía un caudal mayor. La casa de la huerta estaba cerca del puente. Yo tenía 12 años”.

Conchi Mejías:
“La Fuente del Piojillo no era una fuente al uso. Había que bajar unos escalones y tenía como un arco que era por donde corría el agua, casi a ras del suelo. Había que agacharse para coger el agua y para beber y también había como un poyete a cada lado cuando bajabas los escalones”.

Rafael García Garrido:
“Yo también me bañé muchos veranos en la alberca de Romualdo acompañado de mi hermano Manolo y de nuestro vecino y amigo Enrique Menacho (desaparecido ya los dos). Nos cobraban si te marchabas a la hora del almuerzo 3 chicas (que eran 15 céntimos) y si aguantabas hasta las 6 de la tarde que Romualdo cerraba el baño, porque con ese agua regaba la huerta, 1 Real (25 céntimos).”

Mari Sola:
“La fuente estaba en frente de la carbonería, debajo de San Roque, antes del camino antiguo para subir al Calvario. Yo me he criado en El Perejil e iba por carbón y bebía en la fuente, había que tirarse de bruces porque estaba en el suelo, con una rejilla”.

Manuel Freyre:
“La misión de la alberca era recoger el agua de la fuente del piojo, para cuando el molino de La Tapada tuviese que moler, darle más fuerza al agua. Luego ya la utilizaban sólo para el riego”.

Yolanda Otero Martínez:
“El agua brotaba por una acequia que tenía rejas para que los chiquillos no entrasen y había que bajar dos escalones. En primavera, se llenaba de agua y parecía una pequeña alberca.”

Rafael Pacífico Pérez:
“Había que bajar unos escalones, 4 o 5, no me acuerdo muy bien, y era un paso de agua para el molino y por supuesto para la alberca de la huerta la Tapada. Luego le pusieron una reja porque mucha gente hacían sus necesidades”.

Otra información

Se agradece toda la ayuda prestada a los miembros del grupo de Facebook “Fotos Antiguas de Alcalá de Guadaira”, así como a los compañeros del grupo de trabajo “Fuente del Piojo”. Especialmente, se agradecen las ilustraciones aportadas por José Recacha y Francisco Martín Barea, dos excelentes pintores alcalareños que nos muestran la fuente desde sus recuerdos (especialmente a éste último que dibujó la fuente para la presente ficha). De igual modo, se agradece la ayuda de José López Borges y José M. Márquez Catalán por la búsqueda de imágenes que ayuda a comprender mejor la desaparecida fuente del Piojo.

Valores sectoriales

Científico/Didáctico: Bajo
Minero/Medicinal: Bajo
Paisajístico/Pintoresco: Bajo
Otros:
Medio-ambiental: Bajo
Recreativo/Turístico/Uso Público: Bajo
Histórico/socio-cultural: Alto
Arquitectónico: Bajo
Económico: Bajo
Arraigo/Aprecio popular: Alto

Valoración general

Media

Nombre del autor/es y fecha de la ficha

A. Ventas
18-07-2021

Advertencia

Esta ficha tiene sólo carácter informativo y preliminar.

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En cualquier caso, la información colgada en esta página web estará en permanente depuración, a través de las adiciones y modificaciones recibidas, y de las verificaciones y homogeneizaciones de criterio oportunas.

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